Ejercito de Salvación
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viernes, 20 de abril de 2012

Reflexión Generala Ejercito de Salvación Linda Bond


Marzo 2012 


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Queridos Amigos,


La otra noche mire un corto DVD de la compositora Fanny Crosby. La narrativa estaba entremezclada con algunas de sus canciones. Ella perdió la vista cuando niña debido a la incompetencia de alguien haciéndose pasar por un medico. Pero aun cuando ella no recupero la vista física, el Señor la doto con una vista espiritual para poder ver la vida desde Su perspectiva. Canciones tales como "Bendita Certeza", "A Dios sea la Gloria", "El Encubre mi Alma", "Hasta el Final me Guía mi Salvador", expresan su fe profunda, su resistencia e incomparable esperanza. Ella ha abierto nuestros ojos para poder ver las riquezas de Su gracia.


A veces estamos limitados por lo que vemos a nuestro alrededor. Los medios de comunicación nos mantienen informados diariamente de los eventos y problemas que nos causan desconsuelo. Añadido a todo eso tenemos nuestras propias circunstancias que frecuentemente tienen un panorama sombrío, y quizás hasta nuestros fracasos nos roban de cualquier perspectiva positiva sobre el futuro. En la sanación de Bartimeo (Marcos 10:46-52) la pregunta de sondeo que hace Jesús "¿Qué quieres que te haga?" nos obliga a pensar con seriedad sobre nuestra necesidad más profunda. Bartimeo respondió, "Que recobre la vista". Si, él estaba hablando acerca de una recuperación física de su vista, pero también es una gran respuesta para nosotros. ¿No lo creen? "Señor quiero ver a la gente como Tu las ves; quiero ver al mundo desde Tu punto de vista; quiero ver la vida realísticamente pero también con optimismo; quiero ver dónde estas obrando Tu en este mundo y celebrarlo; quiero ver con ojos de fe, esperanza y amor."


Dios ha abierto mis ojos en mis viajes recientes. Acabo de retornar de mi visita al territorio de Noruega, Islandia e Islas Feroés, en donde he visto a oficiales y salvacionistas ofreciendo un servicio excepcional a sus comunidades, y quienes tienen una conmovedora visión de un Ejército vibrante y comprometido. En febrero he visitado los territorios de India Sud Este e India Sud Oeste, mis ojos se maravillaron con la vista de las multitudes que asistieron a los eventos, con los momentos emocionantes cuando muchos se arrodillaron en el banco de misericordia, con los programas del Ejército que ministran en los hogares de niños, hospitales, y las mujeres marginalizadas. He visto cuán importante es el ver a un individuo dentro del contexto de miles de salvacionistas arremolinados a mí alrededor.


Recientemente, he estado en Nueva Zelanda asistiendo a la conferencia zonal para líderes de la zona del Pacifico Sur y Asia Este. La zona con una mayor diversidad internacional entre todas las zonas. Vi a oficiales representando a Corea, Japón, Filipinas, Taiwán, Papúa Nueva Guinea, Australia, Singapur, Malaysia, Myanmar, Nueva Zelanda, Fiji, Tonga, Mongolia, Islas Salomón, Indonesia, Hong Kong y Macao. Pero, debemos mirar con ojos espirituales a este Ejército internacional. Hablamos mucho sobre las diferentes culturas, usamos uniformes diferentes, necesitamos traducción para poder entender y para que nos entiendan, y dimos testimonio de nuestro propio trasfondo cultural. Sin embargo, eran salvacionistas de todo el mundo proclamando el nombre de Jesús, arrodillándonos juntos en oración, sirviendo de corazón a los perdidos, deseando ser gente levantada por Dios para comprometerse y cumplir con su misión. Fuimos uno.


No tengo idea de la situación particular de cada uno de ustedes que recibe esta carta, y ciertamente no tengo conocimiento personal de donde se reúnen para el culto. Pero sé que estoy escribiendo a la mayoría de los salvacionistas. Al compartir esta misión global, soy consciente de que también se debe trabajar a nivel personal y local. La diversidad es grande, la división es trágica. La uniformidad es imposible. La unidad es un don. Entonces en dondequiera que se hallen ustedes hoy, que sus ojos estén bien abiertos a lo que ustedes o sus cuerpos pueden hacer al avanzar unidos hacia el mundo herido, roto, solitario, desposeído y perdido, para llegar a ellos con amor por todos los medios, con el mensaje transformador de Jesús, llevando libertad, esperanza y vida.


Dios les bendiga ricamente,


Linda Bond
Generala